¿Has notado que algunas partes del radiador de tu casa se mantienen frías a pesar de que la calefacción está encendida?
Esto suele ocurrir debido a la acumulación de incrustaciones de cal y lodo dentro de las tuberías. En esta guía práctica, aprenderás cómo purgar un radiador tú mismo y eliminar la cal fácilmente para mantener la máxima eficiencia térmica durante todo el año.
¿Por Qué es Esencial la Descalcificación del Radiador?
Antes de empezar, es importante que comprendas la razón de este proceso. La acumulación de cal y lodo provoca muchos problemas, entre ellos:
- Baja Eficiencia de Calefacción: Los depósitos de cal actúan como un aislante que evita la transferencia de calor del agua caliente al cuerpo del radiador. En consecuencia, algunas partes permanecen frías incluso cuando la caldera está encendida, lo que se conoce como «puntos fríos».
- Altas Facturas de Energía: Cuando la eficiencia de la calefacción disminuye, la caldera se ve obligada a trabajar durante más tiempo y con mayor esfuerzo, lo que aumenta el consumo de gas o electricidad.
- Desgaste de Componentes Internos: La acumulación de depósitos provoca el desgaste de las piezas del sistema, como bombas, caldera y radiadores, reduciendo su vida útil.
Herramientas que Necesitarás Antes de Empezar
Para obtener el mejor resultado, prepara las siguientes herramientas con anticipación:
- Toallas o trapos viejos para absorber cualquier derrame.
- Una llave de purga o un destornillador especial.
- Una llave inglesa ajustable (o dos).
- Un cubo grande para recoger el agua sucia.
- Cinta de teflón para reparar fugas si las hubiera.
- Una manguera de agua larga para el lavado.
- Guantes para proteger tus manos del agua caliente o sucia.
Consejo: Antes de empezar, asegúrate de colocar trapos protectores alrededor del área de trabajo, ya que el proceso puede causar algo de desorden.
Pasos para Descalcificar el Radiador Paso a Paso
1. Apaga el Sistema y Deja que el Radiador se Enfríe
Comienza apagando la caldera o el modo de calefacción, y luego espera a que los radiadores se enfríen por completo para evitar el riesgo de quemaduras. Después, drena el agua de su interior a través de las válvulas de entrada y salida.
2. Protege el Área Circundante
Coloca toallas gruesas debajo del radiador para evitar ensuciar el suelo. Asegúrate también de cerrar bien las válvulas antes de desenroscar las tuberías.
Recordatorio: La cantidad de depósitos varía según el tipo y la calidad del radiador, por lo que algunos tipos pueden necesitar una limpieza más frecuente que otros.
3. Desconecta el Radiador del Sistema de Calefacción
Cierra completamente la válvula termostática del radiador (TRV) y luego retira la tapa de la otra válvula (la válvula de equilibrio).
Luego, usa la llave inglesa para cerrar la válvula y cuenta el número de vueltas para poder ajustarla con precisión al volver a instalarla.
Comienza a aflojar las conexiones gradualmente hasta que las tuberías se liberen.
4. Drena Completamente el Agua Restante
Coloca un cubo debajo del extremo del radiador y afloja lentamente la tuerca hasta que el agua oscura comience a salir.
Abre el tornillo de purga en la parte superior para acelerar el flujo de agua.
Una vez que el drenaje se detenga, inclina el radiador ligeramente para asegurarte de que salga toda el agua y los depósitos.
5. Lava el Radiador a Fondo para Eliminar los Depósitos
Desconecta el radiador de la pared y muévelo a un lugar adecuado, como el patio o el baño.
Luego, inserta la manguera de agua en una de las entradas y abre el agua a presión media para eliminar el lodo y la cal.
Repite el proceso desde el otro lado hasta que el agua que salga esté completamente limpia.
También puedes usar una solución de limpieza suave si notas una gran acumulación de depósitos.
6. Vuelve a Instalar el Radiador y Enciende el Sistema
Una vez que termines de lavar, vuelve a colocar el radiador en su sitio y fíjalo a la pared.
Vuelve a conectar las tuberías de salida y entrada en el orden correcto y usa cinta de teflón para asegurar que no haya fugas.
Luego, abre las válvulas con el mismo número de vueltas con el que las cerraste anteriormente.
Finalmente, abre la válvula de purga hasta que todo el aire salga y el agua comience a fluir, luego ciérrala y enciende la caldera.
Observa el sistema durante unos minutos y asegúrate de que no haya fugas.
Preguntas Frecuentes sobre la Limpieza de Radiadores
P1: ¿Con qué frecuencia se debe limpiar el radiador? Generalmente, se recomienda limpiar el radiador cada 5 a 10 años, pero en áreas con agua dura, es mejor repetir el proceso cada 3 años para mantener la eficiencia.
P2: ¿Cómo sé que el radiador necesita limpieza? Si notas que algunas partes no se calientan, escuchas ruidos de «golpeteo» durante el funcionamiento o tus facturas de energía aumentan sin razón aparente, estas son señales que indican la acumulación de depósitos.
P3: ¿Puedo usar productos químicos para eliminar la cal? Sí, puedes, pero es mejor que lo haga un técnico especializado, ya que algunos productos químicos son fuertes y pueden dañar el sistema si no se usan correctamente.
P4: ¿Es el método de lavado el mismo para todos los tipos de radiadores? Casi sí, pero ten cuidado al manipular los radiadores de aluminio, ya que son más sensibles a los arañazos en comparación con el acero.
En Conclusión: El Lavado Regular Mantiene la Eficiencia y Ahorra Energía
Limpiar y descalcificar los radiadores regularmente no es solo un acto de mantenimiento, sino una inversión en el confort de tu hogar y la eficiencia de tu sistema de calefacción.
Al mantener las tuberías limpias, disminuyen las facturas de energía y aumenta la vida útil del radiador y la caldera.
Si notas que tus radiadores son muy viejos o no funcionan eficientemente incluso después de la limpieza, puede que sea el momento de reemplazarlos por otros modernos y más efectivos.








